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El emblemático barrio Santa Fe ubicado en pleno centro de Bogotá, sector que en un otrora fue habitado por personajes de la política de Bogotá, hoy es tildado como uno de los más peligrosos de la capital, donde en cada esquina y al ritmo trepidante de la música que salen de los bares, y del trabajo de los jaladores de turno del día y de la noche, se combina con los delitos  y con el aroma inconfundible de los vicios. Después del año 2002 cuando se convirtió en zona de tolerancia, comenzó una historia sórdida donde la delincuencia comenzó a caminar por las calles del toque femenino de la diversión.  

A medida que pasaba el tiempo nacieron bandas que reclamaban territorialidad presentándose  crímenes que enrojecieron los rincones del sector.

Con el pasar del tiempo apareció una tenebrosa organización de origen venezolana, llamada ‘Los Maracuchos’, nombre por su aparición en el estado de Maracaibo sembrando el terror en la capital y donde se les atribuye homicidios y sicariatos.

Ecos del Combeima logró conocer detalles de cómo funcionaba esta máquina criminal. Unidades de la Policía infiltrados narraron que llegar al escondite no fue nada fácil, debido a que Leo (cabecilla de ‘Los Maracuchos’), le pagaba a una docena de ciudadanos venezolanos, para que le cuidaran la guarida.

Dicen los investigadores que todo se realizaba con precisión donde se observaba escoltas quienes no solamente cuidaban la casa del señalado criminal, si no se ubicaban estratégicamente en las esquinas de las casi 15 cuadras que dominaba el sector del barrio Santa Fe, en el centro de Bogotá.   Una banda que no dormía

Los trabajos de inteligencia fueron arduos por parte de los uniformados quienes lograron conocer que este grupo delincuencial tenía un escuadrón de hombres, quienes patrullaban las 24 horas la zona para controlar su cadena criminal del tráfico de drogas y de esta forma recaudar el impuesto que le cobraban a varias trabajadoras sexuales del territorio.

Estas cuentas según los investigadores de la Policía de Bogotá, eran administradas por la mano derecha de alias Leo, ‘La Mona’, quien era la distribuidora más fuere de drogas del Santa Fe.

Dentro de este trabajo se evidenció que la persona o personas quienes robaban a alias ‘Leo’ o no le pagaba el impuesto diario, era entregadas a un ciudadano quien era conocido en el bajo mundo como ‘El Lobo’, y que con su grupo según explican los policías, eran los encargados de torturar y ajusticiar a los deudores y enemigos de Leo, crímenes que se realizaban en viviendas que alquilaban en varias zonas de Bogotá, según aseguró la policía.

La historia de los embolsados

Una vez asesinaban a sus víctimas de acuerdo con reporte oficial otro de los sicarios de ‘Leo’ era el encargado de introducir el cuerpo sin vida, en bolsas de basura para luego contratar un carretero del centro para que l llevaran el cadáver y lo arrojara en zonas alejadas de homicidio.

De esta manera insisten los policías, como fueron apareciendo cada día los cuerpos entre bolsas tirados en las calles de Bogotá, durante los últimos meses, entre ellos el de una mujer conocida como Alejandra, quien quedó en el registro número ochenta, asesinada y tirada entre estos empaques plásticos en la ciudad y primer cuerpo de julio de este año.

Cabe resaltar que toda esta información fue obtenida por varios agentes de inteligencia de la SIJIN y la SIPOL de la policía en Bogotá, quienes se infiltraron en la red criminal durante casi siete meses, y que además les permitió ubicar el centro de operaciones de la banda, un bar ubicado en el corazón del barrio Santa Fe, donde aseguran recibían los casi 14 millones de pesos diarios, que les dejaba toda la cadena criminal y donde también decidían a quienes decidían ejecutar.

Información de mucho valor

Con la valiosa información recaudada por los investigadores, junto con la Fiscalía llegaron hasta los escondites de 10 de los integrantes de la banda. 

De la redada, cinco de los integrantes, conocidos con los alias de ‘Masacre’, ‘Mechas’, ‘Menor’, ‘Wilo’, ‘Maikel’, lograron probablemente huir hacia Venezuela y por eso los buscan con circular azul de interpol.

Pero la policía asegura que al rompecabezas judicial le hace falta una pieza y podría ser las más valiosa, se trata de un poderoso narcotraficante invisible, a que alías ‘Leo’, le rendía cuentas y que aún sigue según las autoridades manejando los hilos de esta banda ‘Los Maracuchos’ y otros que actúan en la ciudad capital. 

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