En semiárido nororiental, pobladores denuncian intento de compra de votos

2022-09-04 01:50:05 By : Mr. Ze Ruan

ONG se moviliza para combatir la compra de votos en el semiárido nororientalA fines de agosto, un candidato a diputado federal visitó el asentamiento Vale Tapicuru, en el interior de Bahía, con una lista de todos los pobladores.Aliado del presidente Jair Bolsonaro, prometió regularizar la tenencia de la tierra a cambio de votos.Los bonos fueron entregados antes de las elecciones de octubre, como manifestación de “buena fe”.Días antes, durante una reunión en un sindicato rural de Bahía, un representante del gobierno federal se comprometió con un líder comunitario a proporcionar camiones de agua a la comunidad semanas antes de la votación.En otro episodio en el Semiárido Nororiental, la moneda de cambio fue la instalación de cisternas plásticas.Las prácticas clientelistas se repiten con cada elección.Coordinador de la Fundación de Apoyo a los Agricultores Familiares del Semiárido de Bahía y vecino del municipio de Conceição do Coité, en el interior del estado, Urbano Carvalho acumula numerosos ejemplos de explotación de la miseria del electorado.“Los políticos se aprovechan de la fragilidad de la persona.Llegan a la casa del elector y ven que no hay yeso, no hay retrete o, si está seco, no hay agua.Siempre eligen la mayor necesidad.La compra de votos se realiza abiertamente, como contrapartida comercial”, dice Carvalho.Incluso quienes rechazan el beneficio, agrega, prefieren no denunciar delito electoral, por temor a represalias.El difícil acceso a derechos básicos, como la salud, la vivienda y la alimentación, también ha motivado el comercio en torno al voto, ya sea a cambio de una consulta o examen médico, una bolsa de cemento o, más recientemente, con el aumento del hambre, de alimentos. .“Algunas asociaciones de trabajadores rurales están siendo cooptadas por candidatos, especialmente por los que se disputan un escaño en la Cámara de Diputados”, subraya Carvalho, quien destaca que el perfil de los acosadores es el de los que tienen mayor poder económico, independientemente del partido político, y que la práctica ha sido naturalizada por los propios votantes, acostumbrados a cambiar su voto por el que “ofrece más”.No es nuevo que la sequía sea explotada políticamente.La estación seca incluso coincide con la campaña electoral.Conceição Borges, presidenta del Sindicato de Trabajadores Rurales de Feira de Santana, recuerda que la sequía comienza a golpear en septiembre, en plena campaña electoral, cuando también comienza el intercambio de votos por agua.“El camión cisterna solo llega a la comunidad donde la dirigencia está ligada a determinado político.El hambre llegó con toda su fuerza y ​​ya podemos observar los intercambios.Hay un candidato que ofrece de 30 a 50 reales diarios para que la persona trabaje, y toda la familia está agradecida y vota por él, como si hubiera hecho un gran favor.Ni siquiera podemos cuestionarlo, porque realmente lo necesitan”.Las personas que viven en el semiárido brasileño y “venden” su voto son víctimas de la desigualdad social.La región se caracteriza por una gran concentración de tierra y agua que, históricamente, están en manos de una pequeña élite.Según la Articulación del Semiárido, conocida por las siglas ASA, esta situación es responsable de un alto nivel de miseria y exclusión social y degradación ambiental, lo que contribuye en gran medida a la crisis socioambiental y económica que vive la región.Al menos el 28,82% de toda la agricultura familiar brasileña está ubicada en la región semiárida, ocupando el 4,2% de la tierra cultivable, mientras que el 1,3% de las propiedades rurales con más de 1.000 hectáreas poseen el 38% de esta tierra.En Feira de Santana, la sequía ya comienza a castigar a la población, poniendo a la gente aún más sujeta al acoso de los candidatos.Allí, la pérdida de la cosecha de frijol y maíz llega al 50%.“Invertimos en la plantación y no hay retorno, mientras los que tienen recursos andan comprando votos.Llega al interior y está la promesa de construir una cisterna, ampliar la red de energía, todo tipo de ofertas que solo suceden en períodos electorales”, dice Conceição Borges.Soborno.Candidatos aprovechan la mayor necesidad de las familias, por eso es tan común canjear votos por cisternas o cargamentos de agua en el semiárido – Imagen: Xirumba/ASA y Ricardo Araújo/ASAEl dirigente gremial también señala que el sufrimiento del pueblo prima sobre la venta de votos.“Para esta gente la situación que vivimos no tiene nada que ver con votar, es algo que no importa.Votar blanco, nulo o cambiar el voto por cualquier cosa, en este momento, es lo que importa”, opina.Naidison Baptista, de la coordinación de ASA, destaca la fidelidad característica de la población brasileña, especialmente de los más pobres.Dice que, al comprometerse con determinado candidato, el votante no lo traiciona en las urnas.“La población tiene una perspectiva ética de ser fiel hasta en lo que la mata.Es una ética mortal y venenosa, pero está en la naturaleza de las personas.Mucha gente dice 'no tengo nada, solo tengo el voto, y si necesito una lata de agua, voto'.También he escuchado a algunas personas decir que hoy son libres, que votan por quien quieren porque tienen agua.En otras palabras, el agua es un instrumento que encadena a las personas”, dice Baptista, y agrega que Auxílio Brasil también se convirtió, en muchas regiones, en moneda de cambio.“La ayuda es un elemento central en las elecciones de este año.El Poder Público, en vez de beneficiar a la gente, se encadena.Es la profundización de la explotación de las personas.Y esto solo sucede porque la sociedad aún no brinda las condiciones para que las personas vivan dignamente”.La exministra de Desarrollo Social y Combate al Hambre durante el gobierno de Lula, la economista Tereza Campello, corrobora la opinión de Naidison Baptista y dice que la forma de romper con el clientelismo es tratar las políticas públicas como un derecho.“Para eso hay que tener criterio, porque la política pública exime al gestor de elegir.También debe ser continuado y no una política en vísperas de las elecciones, que la persona elige dar o no dar, dejando de ser un derecho para convertirse en un favor”.Campello.“Sin garantizar los derechos, el pueblo está a merced de los favores de los políticos” – Imagen: Isadora PamplonaCampello critica al Gobierno de Bolsonaro por aumentar Auxílio Brasil de forma provisional, hasta diciembre, con la clara intención de ser reelegido presidente, sin considerar que es un derecho.“Los ministros tuvieron el descaro de ir a la puerta de Caixa Econômica, el día del aumento de la Bolsa Família, para saludar a las personas que iban a hacer el retiro, diciendo que lo había hecho el gobierno de Bolsonaro”, observa .“Es un escándalo, rompe por completo con los criterios de gestión pública, impersonalidad, buen hacer público”.El geólogo João Suassuna, investigador de la Fundaj, estudia la situación del agua en el Nordeste desde hace más de 40 años, con foco en la región semiárida.Ya ha sido testigo de muchos episodios de clientelismo y explotación de la sequía en la región con miras a dividendos políticos, y critica fuertemente el uso electoral de la transposición de São Francisco, según él, un señuelo, porque el río no pasa agua. seguridad para atender la demanda prometida.“Ya estamos en déficit, operando en números rojos.Estas propuestas de los candidatos sobre la transposición son sólo en busca de votos, sin mirar antes de dónde va a llegar esta agua.No hay seguridad de agua para eso.Hay que ser responsable”, advierte Suassuna.Cita como alternativa la implementación de cisternas para acumular agua de lluvia y abastecer a la población en períodos de sequía, y destaca que los gobiernos de Lula y Dilma instalaron 1 millón de cisternas en el semiárido brasileño, programa que fue coordinado por ASA.El problema es que muchas veces la sequía se prolonga y las lluvias no alcanzan para garantizar agua a los pobladores.“No siempre hay lluvias regulares para abastecer estas cisternas.Entonces el político monta un esquema de camiones cisterna para distribuir agua.El agua no puede ser tratada de esa manera, como moneda de cambio”, concluye Suassuna, al señalar que el gobierno de Bolsonaro no continuó con el exitoso programa de cisternas en la región semiárida, dejando a más de 40.000 familias sin el reservorio en sus casas y a merced de el seco“La compra de votos es un instrumento histórico utilizado por las oligarquías para mantener el poder, en función de las necesidades concretas de la población.Como los candidatos no tienen proyecto, presentan una propuesta más inmediata, de acoso, para paliar la situación de miseria que hay en ese momento”, denuncia Baptista.En contra del voto halter, ASA lanzó la campaña No cambies tu voto.En su sexta edición, la acción orienta a los habitantes del semiárido a votar por candidatos a partir de propuestas que consideren medios que garanticen la ciudadanía de las familias campesinas de la región y señalen alternativas a los principales problemas que atraviesan, como la escasez de agua, el hambre, la inseguridad alimentaria y la violencia contra las mujeres rurales.El voto femenino tiene un foco especial en la campaña.Se produjeron anuncios de radio y videos que orientaban a las agricultoras a votar por las mujeres.“ASA siempre ha defendido elecciones limpias y que elijamos candidatos cuya plataforma sea fiel a la convivencia con el semiárido.Si usa la sequía y la concentración para ser elegido, no merece nuestro voto.Han pasado cuatro años sin hacer nada y ahora salen con enmiendas presupuestarias secretas para ofrecer baldosas de polietileno.No cambies tu voto por eso, no por un lugar en la escuela, porque el lugar es tuyo.Estamos enfatizando la perspectiva legal con los votantes”, explica Baptista.Necesitar.El sufrimiento del pueblo se traslapa con la venta de votos, lamenta Naidison Baptista, de ASA – Imagen: Rodrigo Martins y Victor Moura/CONSEGLa carta Por Um Semiárido Vivo, documento que se está entregando a los candidatos, también forma parte de la campaña Don't Swap Your Vote.La carta defiende un proyecto específico para la región, con propuestas viables de convivencia con el semiárido y que dignifiquen a la población de los diez estados recortados para el semiárido.La región incluye los nueve estados del noreste y el norte y Vale de Jequitinhonha de Minas Gerais, totalizando cerca del 12% del territorio nacional, con 1.262 municipios y una población de aproximadamente 27 millones de personas.Es también en la región semiárida donde se encuentran más del 80% de las comunidades quilombolas de todo Brasil.Para Urbano Carvalho y Conceição Borges, los movimientos sociales y sindicales necesitan hacer un trabajo de politización permanente con la población, para sensibilizarla a no vender el voto.“Si no trabajamos en las escuelas con niños, que serán adultos en el futuro, seguiremos transfiriendo el problema de padres a hijos y esa alienación de las personas que venden el voto nunca terminará”, dice Carvalho.“Tratamos de llamar la atención sobre el hecho de que el voto no tiene precio, sino una consecuencia.Esa conversación debe darse fuera del período electoral, en el día a día, en la iglesia, en la escuela, en el sindicato”, agrega Borges.Campello recuerda el coronelismo histórico, definido por Víctor Nunes Leal como “un compromiso, un intercambio de beneficios entre el Poder Público, que se fortalecía progresivamente, y la declinante influencia social de los caciques locales, en particular los terratenientes”.En la contemporaneidad reaparece el coronelismo en la versión del presupuesto secreto.“Es el viejo coronelismo, ahora con millones.Ya no es el reparto de una canasta, es la construcción de una escuela, un gimnasio, un puesto de salud, sin ningún criterio.La ciudad recibe el recurso no porque sea la que más lo necesita o la que tiene el mayor número de personas que lo necesitan.El criterio es 'donde tengo un voto'.Estamos viendo el resurgimiento de la vieja práctica coronelística, ahora con millones y millones desalojados en vísperas de elecciones, de manera secreta y desconocida.Volvemos a las peores prácticas”, dice.La compra de votos que impregna el coronelismo y el clientelismo es un delito y puede llevar a la cancelación de la inscripción del candidato o incluso del diploma, además de resultar en una multa y dejar a la persona inhabilitada por ocho años.Según el TSE, el delito también prevé una pena de hasta cuatro años de prisión para quien ofrezca o prometa cualquier cantidad o bien a cambio de votos, y también para los electores que reciban o soliciten dinero o cualquier otra ventaja, para sí mismos. o para otra persona.Para denunciar este tipo de delitos, los electores pueden utilizar la aplicación Pardal, de la Justicia Electoral, y denunciar cualquier tipo de irregularidad durante las campañas electorales.Además de la compra de votos, la aplicación tiene otras opciones para denuncias como el uso de la máquina pública y anuncios irregulares.Las denuncias se remiten al Ministerio Público Electoral, organismo encargado de investigar los casos.•PUBLICADO EN LA EDICIÓN N° 1224 DE CARTACAPITAL, EL 7 DE SEPTIEMBRE DE 2022.Este texto aparece en la edición impresa de CartaCapital bajo el título “Maquiado cabestro”Además de tener acceso al mejor contenido de CartaCapital, podrás administrar boletines y guardar historias y artículos para leer cuando quieras.¡Registro!Fabíola Mendonça Corresponsal de CartaCapital en PernambucoSuscríbete a nuestra newsletter y recibe una newsletter matutina exclusivaApoyar el buen periodismo nunca ha sido más importanteGracias por llegar hasta aquí.Nosotros, en CartaCapital, tenemos el compromiso diario de acercar a los lectores el periodismo crítico, que llama a las cosas por su nombre.Y siempre basado en datos y fuentes fiables.Creemos que este es el mejor antídoto contra las noticias falsas y el extremismo que amenazan la libertad y la democracia.Si esta 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