Inventó un “DeLorean” que funciona con basura y ya recorrió 5000 kilómetros | Agrofy News

2022-10-02 10:17:27 By : Mr. ydel ydel

El prototipo, idea de un cordobés, se usa en zonas rurales para bombas de agua y generadores eléctricos; ahora busca hacerlo funcionar con residuos plásticos

Edmundo Ramos es ingeniero electromecánico, pero principalmente un soñador. Hace más de una década decidió usar su tiempo libre para crear algo que “aporte a la humanidad”. Así fue que con años de investigación y luego de pruebas y errores, logró viajar por el país con una camioneta que funciona a basura.

Edmundo tiene 65 años y vive junto a su mujer en el pueblo cordobés de Anisacate: “Siempre trabajé por mi cuenta. Después de la crisis del 2001 me fui a EE.UU. En 2008 volví a la Argentina y me jubilé. Ahí decidí hacer algo con mi tiempo libre, para aportar algo”, cuenta a Agrofy News. 

Compró una vieja camioneta Ford Ranchero y en su casa empezó a adaptarla para que funcionara con basura: “Estoy convencido de que el petróleo se va a agotar. Me preocupa cómo van a funcionar las ambulancias y los coches de bomberos más adelante”. 

Tardó 10 años en investigar y dos más para implementarlo: “Tuve que empezar de cero con algo que nunca se había hecho. Lo que me sirvió como puntapié inicial son unos gasógenos que se utilizaban en los vehículos durante la 2° Guerra Mundial, cuando todos los combustibles tradicionales se utilizaban para fines bélicos”. 

“Funcionan con madera cruda y son muy complicados de fabricar. Mi intención era simplificarlo para que cualquiera en el mundo lo pudiera copiar. Mi gasificador terminó siendo algo tan sencillo como un tacho de chapa de metal con una tapa y dos agujeros”, explica Edmundo.

El 2 de octubre de 2019 la camioneta arrancó. Edmundo creó el primer auto a basura de la Argentina, “y seguramente de Latinoamérica”, presume. “Cuando logré que funcionara luego de 12 años, lo primero que hice fue patentarlo y luego hice código abierto, es decir que cualquiera en el mundo puede copiarlo y fabricarlo”.

Es un gasificador que se rellena con residuos secos, “gasura” como le llama él, que es producida a partir de madera, carbón y basura seca (carozos de frutas, cáscaras de nuez y restos de poda): “Se encienden y a los 10 minutos estoy andando en la ruta”, cuenta, y explica la diferencia con el biodigestor. 

“Es totalmente distinto. El biodigestor es un contenedor gigante que no podría entrar en un vehículo, se le tira basura que es húmeda o mojada y luego de varias semanas se pudre, fermenta y se genera metano, que es un gas combustible. Con el gasificador no tengo que esperar semanas porque utilizo monóxido de carbono. Lo que yo llamo gasura sale del gasificador con polvo y cenizas, así que tengo un par de filtros para que el monóxido llegue lo más limpio posible al motor”, detalla.

El ingeniero explica que el motor utiliza el monóxido y el hidrógeno y devuelve el oxígeno por el caño de escape: “Este vehículo no solamente no contamina, sino que aporta un 20% de oxígeno mientras estoy conduciendo. Es un árbol con ruedas”.

Cualquier auto a nafta o GNC puede funcionar con gasura, no requiere un motor especial: “Es como el GNC. Cuando el motor es a nafta o GNC se puede reemplazar totalmente por gasura. Hay experiencias en camiones que son diésel que utilizan GNC que no lo reemplazan pero bajan el consumo”, asegura Edmundo. 

Ramos resalta que cualquiera puede descargar gratuitamente los planos, fotos y videos en www.autoabasura.com o en el Facebook Auto a basura: “Lo están usando mucho en el mundo para hacer motogeneradores eléctricos, bombas de agua o motosoldadoras, sobre todo en la selva o zonas rurales, que están lejos de centros urbanos. El único lugar del mundo donde lo están utilizando para vehículos es en Venezuela”. 

Entre noviembre y marzo últimos recorrió junto a su esposa de punta a punta el país con la Ford Ranchero. Fueron 10.000 km en total y 5000 mil recorridos solamente con gasura: 

“Salimos de Córdoba y subimos hasta La Quiaca. La camioneta tiene tres combustibles, nafta, GNC y gasura. De la Quiaca hasta abajo, al sur de Río Gallegos, llegamos combustionando solo los residuos que fuimos encontrando en el camino. Luego volvimos a subir hasta Córdoba con nafta porque estábamos apurados y con gasura se tarda más buscando los residuos”. 

El gasificador funciona con residuos secos, combustibles y orgánicos: cáscaras, carozos, semillas, pedazos de madera, carbón, desechos de poda: “La cáscara de nuez es uno de los mejores combustibles”, destaca el ingeniero. 

“Viajo con 3 tambores llenos de residuos por si llego a una ciudad y no encuentro, o lo que hay está mojado o muy verde. Hay zonas desérticas donde no hay ningún tipo de residuos y se complica poder usar. Nos pasó en la ruta 40 y tuvimos que desviarnos hasta la costa para ir juntando”, cuenta.

Edmundo recuerda que cuando salieron de La Quiaca eran unos “perfectos desconocidos”, y cada vez que llegaban a una ciudad tenían que contar lo que hacían y luego investigar qué tipo de residuos se generaban en el lugar: “En Cafayate conseguimos restos de viña, en Famatina, cáscara de nuez. Cuando llegué a San Juan conocí a Juan Lobos, que se puso en contacto conmigo y me esperó con residuos de carbón. Me contó que tenía horno de barro para hacer pan y me fue guardando restos de carbón apagado ”

“Así fue que de San Juan hacia el sur ya no teníamos que preguntar qué residuos se generaban porque la gente nos fue siguiendo y nos esperaban con una bolsa de basura. Un sencillo aporte de un gran valor humano”, expresa.

Consultado acerca de si la única opción para viajar con gasura es utilizar un remolque, Edmundo aclara que eso depende del trayecto que se quiera hacer: “Mi primer gasificador era un tambor metálico de 70 litros que iba montado en la caja de mi camioneta. Lo que sucede es que ese gasificador tiene una autonomía para 40 o 50 km. Cuando nos propusimos hacer la Ruta 40 no podía estar parando cada rato para recargar basura. Entonces fabriqué el remolque que tiene tres gasificadores de 200 litros cada uno, que va enganchado a la camioneta y tiene una autonomía de 500 km”. 

El ingeniero resalta que su invento es un prototipo, es el puntapié inicial: “Siempre uso el ejemplo de las computadoras. Las primeras eran muy lentas y ocupaban el espacio de un galpón. Hoy en día la computadora entra en un celular y es 1000 veces más rápida. Lo mismo pasa con el gasificador. Es como la estación de servicio. La otra opción es tener el gasificador en la casa, producir el combustible, envasarlo en un tubo y utilizarlo igual que el GNC. En vez de andar con la estación de servicio encima, circular con tanques de gasura. Ese es mi proyecto a futuro”. 

Actualmente, Edmundo se encuentra trabajando con Adriel Chiessa, Gianni Campana y Nacho Castro, estudiantes de último año de Ingeniería de la UTN, en un proyecto para producir combustible a base de plásticos, el “plastigas”. 

“Quieren recibirse a finales de año con este proyecto. Yo tardé 12 con el anterior, ojalá lo logremos”, dice, contento por el desafío.

“Creo que realmente vale la pena intentar limpiar el planeta de la abundante basura plástica. No tengo ningún interés económico, lo hice siempre con espíritu de servicio. Es un regalo de Argentina para la humanidad”, concluye.