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Ordenadores apagados por seguridad en la Casa Consistorial, en el segundo día tras el 'hackeo'. / E. C.
Bolígrafo y papel. Son las principales herramientas de trabajo con las que cuentan desde el martes los empleados municipales de un Ayuntamiento en el que el peso de la tramitación electrónica ha ido creciendo año tras año, hasta representar el pasado 2021 el 94,1% de los expedientes (155.258 en todo el año), el 96,4% de los documentos (295.372), el 89,7% de las facturas (35.732), el 68,5% de las notificaciones (42.077) y el 50,9% de las anotaciones en el registro (49.323). Por seguridad, no se permite encender los ordenadores, por lo que tampoco se pueden enviar documentos a las impresoras e incluso las fotocopiadoras conectadas en red han quedado inutilizadas. No hay correo electrónico, ni internet, ni intranet. Y ni siquiera se puede usar el wifi para trabajar por ejemplo con portátiles o tabletas.
El apagón es total y su afección diversa. En las bibliotecas municipales, por ejemplo, se han visto obligados a suspender el servicio de préstamo de libros ante la imposibilidad no solo de registrarlos, sino también de comprobar si los usuarios tienen vigente alguna penalización por devolución tardía. Sí se permiten las devoluciones, aunque no se pueden anotar por el método habitual. Los cajeros ciudadanos siguen fuera de servicio (también la aplicación para móviles de EMTUSA) y por tanto acciones como la recarga de la tarjeta de transportes solo son posibles acudiendo a quioscos.
En Emulsa, aparte de los problemas generales que padece el resto del entramado municipal, tampoco funciona el programa que gestiona de forma automática las llamadas en las que se solicita la recogida de muebles de grandes dimensiones, por lo que la organización de este servicio se está haciendo «de forma manual, más ralentizada». También está inoperativa la máquina expendedora de bolsas de basura del programa piloto sobre 'pago por generación' y la empresa municipal no pudo realizar ayer pagos a proveedores.
En lo que respecta al registro municipal, el papel como alternativa a la sede electrónica, en lugares como la Antigua Pescadería o los centros municipales, se topa con la imposibilidad de entregar a los ciudadanos justificantes de sus trámites, por lo que de momento se limita la prestación de este servicio a cuestiones urgentes -mediante compulsación de documentos-, remitiendo a los usuarios a los registros centralizados de otras administraciones.
Pese a la imposibilidad de desarrollar con normalidad sus tareas aún en su puesto habitual, casi trescientos empleados municipales han tenido que dejar el teletrabajo, entre otras razones por la dificultad para controlar a distancia sus jornadas. El sindicato Usipa criticó ayer esta decisión «que les obliga a solucionar de un día para otro problemas de conciliación, para estar en la oficina sin hacer nada».